
Al inaugurar el mando de Montt el 18 de Septiembre de 1851, se produjo la Revolución de 1851, con el motivo principal de derrocar el gobierno de Montt y derogar la Constitución de 1833 elaborada por Mariano Egaña, la cual estableció un gobierno presidencialista y mono partidista. Todo comenzo con las noticias que se recibieron de que La Serena estaba en revuelta. Esta rebelión había comenzado el 7 de septiembre por los liberales, quienes se apoderaron militarmente de la ciudad, e iniciaron una expedición militar camino a Santiago, pero que sólo llego a Illapel. En otra expedición, las fuerzas rebeldes se enfrentaron a las del gobierno comandadas por Juan Vidaurre Leal, tras lo cual este último inició un sitio de La Serena. Para reprimir la rebelión, el general Bulnes, con un ejército de 3300 hombres, inició la marcha hacia el sur, y tras un enfrentamiento de caballería poco decisivo en Monte de Urrúa el día 19 de noviembre, se enfrentaron las fuerzas del gobierno y los rebeldes el 8 de diciembre en Loncomilla. Probablemente fallecieron unos 1800 soldados, y si bien técnicamente ninguno de los dos bandos obtuvo una victoria absoluta, el general de la Cruz, que comandaba el ejército rebelde, decidió negociar con su primo Bulnes. El 16 de diciembre firmaron el tratado de Purapel, en que a cambio de la rendición de De la Cruz y el reconocimiento de Montt como presidente, se permitiría a los soldados rebeldes reingresar al ejército nacional con sus rangos y posiciones inalteradas, además de una promesa de Bulnes de intentar lograr una amnistía. La noticia de la rendición produjo la desorganización en la revolución de La Serena, tomando las tropas leales al gobierno la ciudad el 31 de diciembre.
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